El Renacido de Lubezki.
- Beatriz Luque
- 6 dic 2016
- 2 Min. de lectura

Agosto de 2011. Alejandro G. Iñarritu (Birdman) confirma su participación como director en la película basada en el libro de Michael Punke, el cual cuenta la historia de supervivencia de Hugh Glass, trampero que es abandonado por su grupo dado el estado moribundo en el que se encuentra tras ser atacado por un oso grizzly, con Leonardo DiCaprio y Tom Hardy como protagonistas.
Se dice que es uno de los rodajes más duros de la historia del cine. Grabada a temperaturas que rondaban los cinco grados bajo cero, Iñarritu y su equipo filmaron en orden cronológico y, lo más sorprendente de todo, con luz natural. ¿Y a quién decide poner al frente de la fotografía el director mexicano? Sí, a Emmanuel Lubezki (El árbol de la vida, The new world -click aquí si quieres echar un vistazo al post sobre esta película-)

Birdman (Alejandro G. Iñarritu), To the wonder (Terrence Malick), Gravity (Alfonso Cuarón), Sleepy Hollow (Tim Burton)... Emmanuel Lubezki es uno de los directores de fotografía más cotizados de Hollywood. Tres veces ganador del Oscar a mejor fotografía (una de ellas con la película de la que estamos hablando, The Revenant) y ocho veces nominado a los mismos premios. Compañero habitual de Terrence Malick y de Iñarritu, Lubezki crea magia con la luz. A pesar de sus grandes trabajos como director de fotografía creo, sin duda, que The Revenant es el mayor reto del mexicano y, por ello, su mayor logro.
Debido a las localizaciones del rodaje, paisajes inhóspitos de Argentina y Canadá, era muy complicado para el equipo transportar fuentes de luz artificial, por lo que decidieron rodar con la luz natural. El gran problema con el que se encuentra Lubezki es que debido a la estación invernal, las horas de luz eran escasas y cambiantes, lo que obligaba al equipo a moverse continuamente y, en las secuencias de noche, utilizar sólo la luz de la luna y la de las hogueras.
Con todo esto, Lubezki tenía todas las de perder. Si se le suma las difíciles condiciones en las que se encontraba todo el equipo (de hecho muchos de ellos dimitieron en mitad del rodaje), podría haber sido la peor película de este director de fotografía.

Pero no. Lubezki crea lo que es, bajo mi punto de vista, su mejor trabajo. A pesar de las dificultades con las que se topó, Emmanuel nos hace temblar con esta película. Creo que cada encuadre, cada posicionamiento y cada movimiento de los actores en los mismos conlleva un exhaustivo diálogo entre Iñarritu y Lubezki, para no salirse de lo que quiere captar Iñarritu con la cámara ni tampoco exigir algo imposible de conseguir para Emmanuel, puesto que la luz con la se juega es la poca que da el sol en estos parajes, sin poder hacer nada más que aprovecharla.

Como conclusión, juntar en un mismo largometraje a uno de los mejores directores actuales, al mejor director de fotografía y añadiendo a dos de los mejores actores del panorama hollywoodiense, se crea una de las mejores películas de la última década del cine.

Recomiendo leer este post que se centra sólo en las localizaciones de la película.
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