El arte "in situ"
- Beatriz Luque.
- 22 ene 2017
- 2 Min. de lectura

Este año he aprendido algo que creo que es importantísimo: no hables de algo que no sabes. Y mucho menos, no digas que algo no te gusta si no lo conoces. Antes, no era muy fan del arte. Quizá porque no me lo explicaron bien o quizá porque yo nunca puse el interés suficiente. He estado en el Museo Thyssen de Madrid en la exposición del artista impresionista Renoir. No es la primera vez que voy a un museo pero creo que si que es la primera vez que veo una obra de arte. Antes las ojeaba, pasaba por delante, leía de quién era y pensaba "ah, que bonita" o "pues no me gusta, oye".

Esta vez no. Llegaba, me paraba frente a una obra cualquiera y me quedaba observando: la pincelada, la luz, las características impresionistas antes desconocidas para mí, por qué podía saber a ciencia cierta que ese cuadro era de Renoir, qué le caracteriza, cuáles son los temas más repetidos, la gama cromática... Todo, en cada cuadro de la exposición, era digno de ser visto, estudiado, observado...

Lo que más me gustó, sin duda alguna, es aquello que no se puede apreciar en una fotografía del cuadro: la textura. Es un arte tangible. Cada textura desde el pelo de Joven con los brazos levantados hasta la hierba en Mujer con sombrilla en un jardín es sentida por el espectador, como si casi pudieras tocarlo, como si estuviera retratando algo que ya has palpado anteriormente. Y creo que por este motivo la exposición se llama "Renoir: Intimidad". Porque con su arte crea una proximidad y cercanía con el espectador. Guillermo Solana, el director artístico del museo, dijo sobre esta exposición: "El espectador debe sentirse invitado". Y es eso exactamente lo que sentí cuando estaba paseando por esta galería de 78 cuadros del francés. Invitada.

El arte de Renoir es el arte de los cinco sentidos. Por ello, al finalizar la exposición y frente al cuadro Mujer con sombrilla en un jardín te permiten ponerte unos cascos para escuchar el sonido de un campo, de manera que sientes que estás ahí, sintiendo la hierba bajo los pies, oliendo las flores y paseando con la mujer.

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