Shutter Island y la libertad interior.

Shutter Island es una película dirigida por Martin Scorsese (El francotirador, El lobo de Wall Street) de 2010 y basada en la novela homónima de Dennis Lehane (Mystic River). Protagonizada por Leonardo DiCaprio y valorada con un 8,1 en IMDb, entraría en mi top 10 personal de las mejores películas basadas en novelas.

[¡OJO SPOILER!] La guionista de la película Laeta Kalogridis (Terminator: Génesis, Alejandro Magno) decidió cambiar el final del libro para el largometraje añadiendo solo una línea al diálogo que mantienen Teddy -Andrew Laeddis- (Leonardo DiCaprio) y Chuck -Lester Sheehan- (Mark Ruffalo) con la que cambia el final completamente. Mientras que en el libro, su autor decide darle final a la película demostrando que Andrew recae en su locura y vuelve a creerse Teddy Daniels, Kalogridis decide añadir "What would be worse? To live as a monster or to die as a good man?" ¿Por qué? ¿Por qué añadir esto? ¿Qué quiere decir? A pesar de lo que puede parecer un final ambiguo, no deja de ser una estrategia brillante que se entiende al analizar la frase. Aquí, el personaje está declarándose oficialmente libre: libre de sus fantasmas, libre de su locura, libre de su condición, a pesar de estar encerrado en una penitenciaria para enfermos mentales, es libre para elegir si prefiere vivir como un monstruo o morir como un buen hombre. En su interior él es libre.

Y si quedaba alguna duda, analicemos la reacción de Mark Ruffalo y la mirada que le dirige Leonardo DiCaprio:

Debe ser ensalzada la actuación de los dos en toda la película, pero especialmente en esta escena final. El libro nos da palabras, nos describe acciones y pensamientos, la película no. Es un producto audiovisual y ese pensamiento final de complicidad entre los dos, de entendimiento, nos lo transmite DiCaprio con una mirada y Ruffalo con un movimiento de cabeza. Por eso el final es espléndido. Por eso no terminas de entender nada, por eso necesitas verla de nuevo, por eso te quedas pensando en la película, porque hay algo que no te deja indiferente. Esta película entra dentro de aquellas que marcan, de aquellas que valen. Una dirección de diez, un guión igual de bueno y una actuación digna de mención honorífica, hasta de aquellos personajes secundarios que salen en una sola secuencia del largometraje.